Los dioses crearon una dorada estirpe de hombres mortales. Vivían como dioses, con el corazón libre de preocupaciones, sin fatigas ni miseria; no se cernía sobre ellos la vejez despreciable, sino que, siempre con igual vitalidad en piernas y brazos, se recreaban con fiestas, ajenos a cualquier clase de males. Morían como sumidos en un sueños.
En segundo lugar crearon una segunda estirpe mucho peor, de plata, no comparable a la de oro, ni en su aspecto, ni en su inteligencia. Al contrario, durante cien años sus niños se criaban junto a la madre solícita, pasando la flor de la vida en su casa, completamente infantiles.
Una tercera estirpe de hombres, de bronce, en nada semejante a la de plata, surgida del fresno, terrible y vigorosa. Sólo estaban interesados por las luctuosas obras de Ares y por actos de soberbia.
Y luego, ya no hubiera querido estar yo entre los hombres de la quinta generación, sino haber muerto antes o haber nacido después. Pues ahora es cuando existe la estirpe de hierro. Nunca durante el día van a estar sus hombres exentos de fatigas ni tampoco durante la noche dejarán de ser aniquilados, sino que los dioses les procurarán ásperas preocupaciones. No obstante, también se mezclarán alegrías con sus males.
Os dejo el vídeo!
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